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miércoles, 3 de agosto de 2016

Vigésimosegunda etapa: de La Maragatería a El Bierzo pasando por la Cruz del Ferro

Hoy hemos cruzado el ecuador de nuestro cuarto año de Camino, enteros y con fuerzas renovadas después de una tarde-noche de descanso en Rabanal del Camino, nuestro último fin de etapa en la comarca de La Maragatería.

Así, nos despedíamos del albergue La Senda de Rabanal pasadas las siete de la mañana para adentrarnos en la ascensión a Foncebadón.


Fue acertada la decisión que tomamos ayer de dejar este esfuerzo para el comienzo de la nueva etapa, aunque nos obligase a alargar más la de hoy y no poder finalizarla en Ponferrada como teníamos previsto.

Tras atravesar el citado Foncebadón, uno de los pueblos a más altitud de todo el Camino (casi 1.500 metros), hemos alcanzado la Cruz del Ferro, uno de los hitos más icónicos de toda la ruta -que marca la frontera entre La Maragatería y El Bierzo- y, que según varios historiadores, tiene su origen en la época en la que los Celtas ocupaban la zona. La tradición dicta que se debe tirar una piedra de espaldas a la Cruz, como petición de buena suerte y así lo he hecho.


Tras unos metros de nueva subida, nos hemos dispuesto a afrontar el tramo más duro de lo que llevamos de ruta, el descenso hacia la cuenca de la comarca berciana. Han sido quince kilómetros de unos paisajes fascinantes y algo más verdes, pero también bastante duros que he superado gracias al buen uso de los palos de apoyo.

A mitad del descenso hemos llegado a El Acebo, bonito pueblo cuyo detalle curioso está en los bocadillos rebozados que sirven en su mesón y de los que hemos dado buena cuenta.


Siguiendo con el descenso, la dureza ha hecho mella y la peor parte se la han llevado Daniel, con sus molestias en la rodilla, y Raúl, con problemáticas varias que le han provocado otras tantas secuelas que ha superado, no sin esfuerzo, para llegar en el final de etapa a un pueblo que nos ha sorprendido gratamente.

Molinaseca lo tiene casi todo, historia, ambiente, ocio y, sobre todo, una fantástica zona de recreo en la orilla del río  con su Puente de los Peregrinos como acompañante de lujo. El cansancio del Camino se quita con un refrescante baño y una siestecita en la concurrida zona verde.


La tarde se ha complementado con la, ya clásica, sesión de terraceo, un breve paseo por el pueblo y la vuelta al albergue de Santa Marina, cuya única desventaja es que está a las afueras.

Mañana se nos plantea la disyuntiva de conformarnos con arribar a Cacavelo o hacer un esfuerzo adicional y alcanzar Vilafranca del Bierzo. Lo veremos...











domingo, 31 de julio de 2016

Decimonovena etapa: León - San Martín del Camino

Hoy hemos realizado nuestra primera etapa de esta 4a temporada. León - San Martín del Camino.
Nos hemos alojado en el albergue Vieira y hemos tenido suerte, ya que nos ha tocado una habitación de cuatro, los que somos.

En cuanto al día. Nos ha hecho calor, pero no el que esperábamos, ya que ayer en León capital la temperatura llegó a 38 grados.
Hemos hecho nuestra habitual parada a mitad de camino en San Miguel del Camino, en un bar bastante recomendable pero que no recuerdo el nombre, eso sí estaba al lado de un viejo tarado y amargado que nos gritó: "os estáis cargando el Camino" por no contemplar las mierdas que había puesto en el edificio de al lado en la calle, en fin.

Una vez llegados a San Martín tras verlo de lejos en una de estas rectas largas interminables, nos hemos ido a comer al centro del pueblo, otro kilómetro de recta adicional, y hemos comido carne variada pero con la misma salsa donde lo mejor era el codillo que me metí...

A la tarde relax para aliviar heridas, cena a hora guiri tardía, es decir, a las 20:30, hablar por teléfono con nuestras respectivas compañeras sentimentales y ya encamados después de que Manuel se cargara involuntariamente un farolillo para lo que nos espera mañana, Astorga, donde no veremos ya continuos y abundantes campos de cultivo y se divisará más vegetación. Digo yo...

Buenas noches pitufos.









Cuarta temporada: partiendo de León con meta en Galicia

Llega agosto y retomamos nuestra rutina de los tres últimos años y nuestro peculiar camino. Como es habitual, aprovecho para hacer mi reflexión y valoración del período "entre guerras".

domingo, 9 de agosto de 2015

Decimoctava etapa: entre dos reinos

Misión cumplida! Después de 180 kilómetros y siete días de travesía alcanzamos el objetivo marcado para esta tercera temporada: León. Y como quien no quiere la cosa completamos así la parte más dura del Camino, al menos para mi así ha sido hasta el momento -y creo que para el resto de la expedición también-. Han sido siete etapas cargadas de historia y patrimonio, como no puede ser de otra forma en una tierra que albergó dos antiguos reinos, el de Castilla y el de León, pero también de mucho sol y monótonos paisajes, para nosotros familiares, pero no por ello menos duros de recorrer.


En cualquier caso la etapa de hoy, la última, ha sido fácil. Fue una decisión acertada la de dividir la última etapa, que todas las guías hacían de 37 kilómetros, y quedarnos en Mansilla de las Mulas. Primero porque como decía ayer Dani dimos con un estupendo albergue -Gaia-, segundo porque cenamos en un estupendo restaurante del pueblo que nos permitió disfrutar de El Otro Camino, ese que tanto nos gusta y tercero, aunque no por ello menos importante, porque hoy se nos ha quedado una etapa mucho más liviana de 18 kilómetros, lo cual, siendo el séptimo día de caminata, se ha agradecido.

Y a pesar de que la etapa de hoy era cortita hemos salido a la hora de siempre, prontito para aprovechar las horas más frescas. Etapa plana como todas, salvo la entrada a León, donde hay que salvar un pequeño monte desde el que se ve toda la ciudad a sus pies. Y a partir de ahí pasa lo que en todas las ciudades o grandes localidades que atraviesa el Camino, que desde que se vislumbra la ciudad hasta que se llega al centro urbano hay un trecho que se hace muy largo. Pero pasito a pasito hemos llegado hasta el corazón de León y ese estupendo entorno que rodea a la Catedral. Sello en la Compostela y, como no podía ser de otra forma, un buen almuerzo con esas generosas tapas del barrio Húmedo, famosas más allá de nuestras fronteras, porque hasta el trío de italianos con los que hemos compartido etapas este año andaban por allí también, ya que como nosotros acababan su Camino en León. Ya sabéis la afición de los extranjeros por la tradición de tapeo española y dónde mejor que en la capital leonesa, claro. Hemos inmortalizado el momento a modo de despedida.


Poco más, porque dos horas después de hacer meta cogiamos el tren que en apenas dos horas ha deshecho los 180 kilómetros recorridos estos siete días (que sensación más rara!) para dejarnos de vuelta en casa. Toca deshacer la maleta, recopilar anécdotas y coger fuerzas para el próximo año, esperando que todo vaya tan bien como hasta ahora. Nos vemos en el Camino!

sábado, 8 de agosto de 2015

Decimoséptima etapa: Lo habitual con peli incluida.

20 km. Esa es la distancia que nos separa mañana de nuestro objetivo para esta semana y para este año: alcanzar la capital leonesa.

Será nuestra última etapa después de llegar hoy a Mansilla de las Mulas. 26 km separan este municipio próximo a León de Bercianos del Real Camino, localidad donde descansamos el jueves.




Hoy ha sido más de lo mismo. Una larga y monótona jornada pero nada complicada. Los falsos plataneros flanqueando nuestro lado izquierdo ya son parte del paisaje. También los campos de cereral cosechados y los pequeños pueblos de la meseta castellana y leonesa, todos un calco del anterior.

Anécdotas las hemos tenido como todos los días. Nos resistimos a abandonar las buenas costumbres del "otro camino". Un buen desayuno, el almuerzo y el vermú no pueden faltar.  El resto se improvisa, pero la comida y la cena son sagradas, siempre con mesa, cubiertos y mantel.

Desde el principio nos propusimos no adelgazar un solo gramo después de estar andando una media de 27 km diarios durante una semana, y por tercer año consecutivo lo vamos a lograr.

También nos propusimos promocionar "el otro Camino" y a pesar de nuestras dificultades con los peregrinos, los más mediterráneos se van animando. Con los guiris y los orientales nos resulta mucho más complicado.

Hemos terminado el día con sesión de cine casero. La película no podía ser otra que "Ahora los padres son ellos" después de estar todo el camino recordando las escenas míticas de toda la saga y nombrar centenares de veces especialmente una de ellas "¿Eres tú el padrino Follen?".

No puedo despedirme sin mencionar el estupendo y acogedor albergue en el que nos hemos recogido en Mansilla. "Gaia". Se trata de un pequeño albergue abierto apenas hace 15 días y regentado por una hospitalera estupenda, Marisa. Muy recomendable.

Buenas noches.

jueves, 6 de agosto de 2015

Decimosexta etapa: dignificación masiva de "el otro camino"

Salida tempranera nuevamente para que no nos embistiera el Sol, pero etapa agradable la de hoy al fin y al cabo.
Tras abandonar Terradillos de los Templarios en pleno amanecer pasamos posteriormente justo por el ecuador del Camino de Santiago antes de cruzar Sahagún, primer pueblo de mi 2a tierra saliendo de la Provincia de Palencia; León.
Agradable decía porque prácticamente desde Sahagún hasta el pueblo marcado como objetivo (Bercianos) se les ha ocurrido la genial idea de plantar en el Camino un árbol cada 4 metros como los del Paseo del Espolón en línea recta para hacernos sombra.
Llegamos a Bercianos a ritmo imperial adelantando a todo guiri madrugador de esos que se levantan a las 4 y media de la mañana "no sé pa que" como diría Daniel. Los adelantaba hasta Manuel que se estaba quedando un poco regazadete de nosotros, pero bueno, es un campeón y se está ganando a pulso ser "el Padrino Follen".
Una vez estacionados y dejando nuestros despojos en el lugar indicado nos dió a todos por hacer algo curioso y sin consultarlo entre nosotros, meternos un buen vermú y a continuación comer sanete, en mi caso menestra de verduras y de segundo merluzita.
Pero después de hacer esta última chorrada dijimos: debemos promover "el otro camino".
Así que después de una larga siesta nos fuimos al bar típico del pueblo de toda la vida, ese bar que está ahí desde que el Himalaya era una colina, el bar de " Cleto " , le pregunte al dueño que si era por Anacleto el agente secreto, pero por la cara que me puso en la respuesta el que quedó como Anacleto fuí yo...
Si amigas y amigos... El otro camino, porque ese bar que tiene el cartel de la cerveza Aguila de hace 60 años ya reoxidado, no lo visitan ni los compatriotas nuestros que hacen el Camino y mucho menos los guiris que están en sus colchones leyendo un libro o comiéndose una manzanita, o en el caso de los orientales haciendo la fotosíntesis sin sol.
Además en esos bares, nosotros que somos gente viajada castellanamente, da gusto hablar con los lugareños y así se nos hizo más ameno ponernos hasta las botas de cosechero justo antes de cenar...
La cena? Bueno..... El Camarero pese a que insistía en decirnos uno por uno pese a estar los cuatro en la mesa nos insistía en el menú, pero al final claudicó y nos puso lo que nos salió de....ahí (no digo palabras obscenas porque se me enfada Irene).
Yo por ejemplo me metí un filetaco de ternera que se salía del plato, y eso que el plato era como el volante de un Volvo que tenía mi tío Manolo hace 20 años, 2 huevazos con sus correspondientes lonchacas de beicon y un filete de lomo que no tuvo valor de comérsele Dani que era igual de grueso que un taco de mesa de billar.
En fin, ahora a dormir un poco, que estoy de compañero de habitación con David que está fumando a escondidas. Mañana otro día y otro protagonista en el blog, disfrutad mañana del empiece del finde semana y como dijo en su día Maradona: no os drogueis ;). Chao