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domingo, 9 de agosto de 2015

Decimoctava etapa: entre dos reinos

Misión cumplida! Después de 180 kilómetros y siete días de travesía alcanzamos el objetivo marcado para esta tercera temporada: León. Y como quien no quiere la cosa completamos así la parte más dura del Camino, al menos para mi así ha sido hasta el momento -y creo que para el resto de la expedición también-. Han sido siete etapas cargadas de historia y patrimonio, como no puede ser de otra forma en una tierra que albergó dos antiguos reinos, el de Castilla y el de León, pero también de mucho sol y monótonos paisajes, para nosotros familiares, pero no por ello menos duros de recorrer.


En cualquier caso la etapa de hoy, la última, ha sido fácil. Fue una decisión acertada la de dividir la última etapa, que todas las guías hacían de 37 kilómetros, y quedarnos en Mansilla de las Mulas. Primero porque como decía ayer Dani dimos con un estupendo albergue -Gaia-, segundo porque cenamos en un estupendo restaurante del pueblo que nos permitió disfrutar de El Otro Camino, ese que tanto nos gusta y tercero, aunque no por ello menos importante, porque hoy se nos ha quedado una etapa mucho más liviana de 18 kilómetros, lo cual, siendo el séptimo día de caminata, se ha agradecido.

Y a pesar de que la etapa de hoy era cortita hemos salido a la hora de siempre, prontito para aprovechar las horas más frescas. Etapa plana como todas, salvo la entrada a León, donde hay que salvar un pequeño monte desde el que se ve toda la ciudad a sus pies. Y a partir de ahí pasa lo que en todas las ciudades o grandes localidades que atraviesa el Camino, que desde que se vislumbra la ciudad hasta que se llega al centro urbano hay un trecho que se hace muy largo. Pero pasito a pasito hemos llegado hasta el corazón de León y ese estupendo entorno que rodea a la Catedral. Sello en la Compostela y, como no podía ser de otra forma, un buen almuerzo con esas generosas tapas del barrio Húmedo, famosas más allá de nuestras fronteras, porque hasta el trío de italianos con los que hemos compartido etapas este año andaban por allí también, ya que como nosotros acababan su Camino en León. Ya sabéis la afición de los extranjeros por la tradición de tapeo española y dónde mejor que en la capital leonesa, claro. Hemos inmortalizado el momento a modo de despedida.


Poco más, porque dos horas después de hacer meta cogiamos el tren que en apenas dos horas ha deshecho los 180 kilómetros recorridos estos siete días (que sensación más rara!) para dejarnos de vuelta en casa. Toca deshacer la maleta, recopilar anécdotas y coger fuerzas para el próximo año, esperando que todo vaya tan bien como hasta ahora. Nos vemos en el Camino!

sábado, 8 de agosto de 2015

Decimoséptima etapa: Lo habitual con peli incluida.

20 km. Esa es la distancia que nos separa mañana de nuestro objetivo para esta semana y para este año: alcanzar la capital leonesa.

Será nuestra última etapa después de llegar hoy a Mansilla de las Mulas. 26 km separan este municipio próximo a León de Bercianos del Real Camino, localidad donde descansamos el jueves.




Hoy ha sido más de lo mismo. Una larga y monótona jornada pero nada complicada. Los falsos plataneros flanqueando nuestro lado izquierdo ya son parte del paisaje. También los campos de cereral cosechados y los pequeños pueblos de la meseta castellana y leonesa, todos un calco del anterior.

Anécdotas las hemos tenido como todos los días. Nos resistimos a abandonar las buenas costumbres del "otro camino". Un buen desayuno, el almuerzo y el vermú no pueden faltar.  El resto se improvisa, pero la comida y la cena son sagradas, siempre con mesa, cubiertos y mantel.

Desde el principio nos propusimos no adelgazar un solo gramo después de estar andando una media de 27 km diarios durante una semana, y por tercer año consecutivo lo vamos a lograr.

También nos propusimos promocionar "el otro Camino" y a pesar de nuestras dificultades con los peregrinos, los más mediterráneos se van animando. Con los guiris y los orientales nos resulta mucho más complicado.

Hemos terminado el día con sesión de cine casero. La película no podía ser otra que "Ahora los padres son ellos" después de estar todo el camino recordando las escenas míticas de toda la saga y nombrar centenares de veces especialmente una de ellas "¿Eres tú el padrino Follen?".

No puedo despedirme sin mencionar el estupendo y acogedor albergue en el que nos hemos recogido en Mansilla. "Gaia". Se trata de un pequeño albergue abierto apenas hace 15 días y regentado por una hospitalera estupenda, Marisa. Muy recomendable.

Buenas noches.