jueves, 6 de agosto de 2015

Decimoquinta etapa: camino sin fin y llegada al ecuador templario

Hoy hemos llegado al ecuador de esta tercera temporada, y al de nuestro peculiar Camino, completando la última etapa que transcurre por completo en tierras palentinas. 

Abandonabamos el albergue de Santa María de Carrión de los Condes con el amanecer como telón de fondo, mientras mi cabeza daba vueltas y no paraba de pensar en los 17 km de recta infinita y paisaje homogéneo de campos segados y fardos de paja que nos esperaban hasta llegar al primer pueblo, Calzadilla.


No hay ninguna etapa del Camino en la que el peregrino se enfrente a una distancia tan grande sin pasar por una población; unido a la citada monotonía visual y a un calor sofocante que puede machacar a cualquiera.

Nosotros hemos podido con ello, no sin esfuerzo; y una de las cosas que más me ha sorprendido ha sido el 'divino' avituallamiento recibido por parte de los hospitalarios del albergue de San Bruno de Moratinos, dotado de un botellín de agua distribuido desde su peculiar furgoneta.



No nos hemos conformado con vencer a la senda interminable y, tras un merecido descanso para refrescarse en el que Raúl se ha metido entre pecho y espalda un misil de lomo con pimientos, hemos seguido la caminata hasta llegar a uno de los pueblos con nombre más sugerente de todo el recorrido, Terradillos de los Templarios, población denominada así por el punto de ayuda al peregrino que puso en marcha la orden hospitalaria y del que hoy no quedan más que sospechas del lugar donde estuvo ubicado.




Como anécdota curiosa, al aproximarnos al pueblo nos hemos cruzado con un extraño individuo de larga cabellera y ataviado sólo con unos ajados pantalones cortos, que se ha encaramado a la valla de las tierras colindantes y se ha puesto a correr campo a través y cuesta arriba hasta alcanzar la cima de la colina. Hay gente muy peculiar en el Camino...


Jaqués de Molay da nombre al albergue que nos cobija, el último maestre templario quemado vivo por el rey francés tras la disolución forzosa de la orden en el siglo XIV. Pero ese tipo de historias propio de las novelas históricas de moda no es el que nos hemos encontrado.




Así, tras la necesaria comida y la obligatoria siesta nos hemos dirigido al moderno teleclub en el que hemos podido conversar largo y tendido con Salomón, oriundo del pueblo y antiguo alcalde. 75 años de vivencias y experiencias que nos ha resumido en multitud de anécdotas propias y recordadas mientras se atizaba unos cuantos claretes: diferencia entre adobe y tapial, antiguas alcaldesas más dictadoras que Franco y consejos sobre algo de no firmar si viene un tal segador con un contrato gratuito para ir al hotel final...



Las horas han pasado volando hasta que ha caído el anochecer y la obligada retirada. Esta es una de las grandezas del Camino, empaparse de las experiencias de la gente y quedarse con un poco de cada uno de los lugares visitados.



Mañana nos adentraremos de lleno en la región leonesa y pasaremos por Sahagún con meta prevista en Bercianos. El ecuador ya será cosa del pasado y podremos vislumbrar la parte final de nuestra aventura.

1 comentario:

  1. Víctimes del Camí,

     

    Un veritable plaer retrobar-vos i haver compartit, de nou, un parell de jornades amb vosaltres. Tornar a coincidir ha sigut molt agradable (llegir amb l'accent pujolià que jo no tinc!)

     

    Raúl, David, Manu y Dani, permitidme un toque de humor (des del més absolut carinyuuuu, ehhhh😊!!!)

     

    - Sois cuatro y cantáis, como los Hombres G.

    - Formáis un gran equipo y apoyáis las causas justas, como Comando G.

    - Vuestra ausencia puede provocar irritabilidad, envejecimiento, inapetencia... desórdenes todos ellos que sufren los carentes de Vitamina G.

    - Divertidos, despiertos, algo pícaros (recuerdo ese "ancha es Castilla y.."), estimulantes, con chispa, de reacciones rápidas, en ocasiones terapéuticos... Parecéis la definición del Punto G. 😉

     

    Tanta G os debe venir por ser buena Gente y de Gamonal.

     

    Hasta la próxima!!

    Nos vemos en el Camino o en Barcelona (no dudéis en avisar si os dejáis caer por aquí, ya sea en grupo, en solitario, con vuestras respectivas, con algún amigo de cuyo nombre no debería, debiera o debiese acordarme) ☺

     

    Un petonet!

    (yo tengo un gozo en el alma, jajaja)

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