jueves, 3 de agosto de 2017

Vigésimoctava etapa: vuelve El Otro Camino

El día empezaba temprano. Más de lo normal, porque el bar de Ferreiros no abría hasta las 8:00, así que a las 6:30 ya estábamos en marcha, rumbo a Portomarin con la esperanza de encontrar en un pueblo más grande el sitio en el que desayunar. No hemos fallado. En apenas dos horas estábamos saciando el hambre mañanero.


Eso sí, esos primeros kilómetros han sido los más destacados de la etapa de hoy: fuertes subidas y bajadas -más que habituales ya en tierras gallegas- y hoy, además, con frontal incluido durante la primera hora. Además de empezar a andar más pronto que otros días los caminos entre el bosque hace que llegue más tarde la claridad. ¡Pero cómo se agradece ese fresquito mañanero!


A partir de Portomarin el día ha sido más monótono, una fuerte subida inicial, algún repecho intermedio y el resto llevadero. El caso es que, quizá por tener ya acostumbradas las piernas a estas etapas rompepiernas, o quizá por el ánimo que da ir acercándose a Santiago, el caso es que hemos "volado" hasta Eirexe, final de la etapa de hoy. De hecho, antes de la 13:00 hemos completado los 27 kilómetros de hoy, así que hasta hemos tenido que esperar a que Maripaz -la hospitalera- abriera el albergue.


Ahora os hablo de Maripaz, que algo ha tenido que ver en que vuelva el espíritu de El Otro Camino, pero que no se me olvide lo más importante de hoy: ¡qué barbaridad de gente empieza a haber en esta parte del Camino! Los que queráis hacerlo para reflexionar y esas cosas, absteneros de hacerlo en agosto, o por lo menos en este tramo. Exagerado

Pero como lo nuestro es El Otro Camino, pues nos hemos entregado: pueblo pequeño, llegada temprana y un bar con una comida excepcional... pues la tarde hecha! Sin darnos cuenta ha llegado la hora de cerrar el albergue, pero rápidamente hemos invitado a Maripaz -la hospitalera-, que ya nos había ayudado a mediodía a ampliar las credenciales para que nos quepan más sellos, a sumarse a la fiesta, que rápidamente ha tornado en guateque, incluso con canciones de Nino Bravo en el móvil. Todo al gusto de "la jefa" con tal de arañar unos minutillos a ese horario tan estricto de los albergues. A esa vida guiri, como diría Raúl.



El caso es que el día ha estado bien, poco a poco nos acercamos a Santiago y mañana la jornada también tiene buena pinta. Pero eso será mañana


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